Es recoleto el jardín frontero con mi gimnasio. Sobre los restos de abril sin apenas darme cuenta, va creciendo el mes de mayo. Corre la vida en las hojas, vuela el amor en los pájaros. De la fronda de una rama, más que volando, jugando con la brisa entre sus alas, se desprende una pareja libre, feliz y enamorada. Con sus juegos "peligrosos" desde el árbol a la hierba y desde la hierba al árbol, les va creciendo el amor a estos negros pajarracos. Ella pícara se esconde, él disinula buscando: salta alegre y picotea por un lado y otro lado; y al final, como Dios manda, pico a pico se han besado. | Ella se niega a seguirle al árbol que él ha volado, y le canta desde abajo: - si quieres algo de mi tendrás que volver volando. Nunca te alejes del fruto del amor que has cultivado: Elegante, provocante y sola, no le faltarán requiebros del galán que entre la hierba galantemente se acerca. Y a esta negrita bella se le presenta un dilema: volar al verde del árbol o quedarse entre la hierba. Es bonita distracción que tengo en abril y mayo, mientras yo sigo en la cinta caminando... y caminando. |
COMO DIOS MANDA
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